Hace exactamente 2 años con 4 meses, mientras lloraba producto de un despecho político un amigo me decía "hay que endurecerse sin perder la ternura" en ese momento sentía rabia, impotencia y además culpa por ser honesta y transparente. En el momento esa frase del Che me pareció todo un reto pero al mismo tiempo me sonó a poesía para el alma, fue como que si una voz suave me arrullara. La palabra endurecerse retumbó en mi cabeza y aunque muchas veces había oído esa frase nunca logró quedarse en mi mente tanto rato como esa noche, asociaba endurecerse a ser implacable e inamovible como una roca y la ternura a la inocencia, a la vida recién nacida en cualquiera de sus formas. En aquella frase hallaba el dilema de mi vida y creo que la de muchas otras mujeres sobretodo aquellas que sienten pasión por lo público, pues esa condición te coloca en un espacio atribuido culturalmente a los hombres y por lo tanto la misma cultura te obliga tomar habitus y ritus m...
Soy jardinera de mis dilemas, la duda es mi mejor recurso estético